Siento una enorme certeza que no sanamos hasta que lo hacemos con otros. Sanar solos no es suficiente. Míralo como el sistema celular. En mi caso, que padezco de cáncer, este surgió en su momento porque unas células se alteraros, unas, un pequeño grupo de ellas, no todas. Creer que solo esas células necesitan la medicina y la atención para sanar, no es saludable, y no es real. Porque sanar en aislamiento funciona como una curita, solo por un momento. Si mis células necesitan atención global, no para un grupo, para todas. En la vida real uno siempre esta sanando de algo, bien sea de un trauma familiar, un tema de la niñez, alguna experiencia personal o laboral que hemos vividos, como rupturas, deslealtades, entre otros. Siempre estamos sanando porque la vida no es perfecta y nosotros no somos perfectos, a veces no tomamos las decisiones correctas, y sanar lo que vivimos nos permite desbloquear emociones para darnos la oportunidad de volver a comenzar. Sin embargo, sanar no implica solo eso, va mas allá. Porque seamos honestos, muchas veces iniciamos una relación aun heridos, o trabajamos con heridas abiertas. No existe nada ni nadie que te diga que debes sanar algo para poder iniciar algo. A veces se siente mas tranquilo, mas en calma, si es cierto, pero la verdad es que sanar, sanar de verdad, es una ruta con doble vía. Simplemente porque no estamos solos en este mundo. Lo quieras o no reconocer, no estamos solos, y nuestro lugar importa, así como importa cada célula de tu cuerpo, así como contribuye cada una a tu salud.
Yo soy especialista en sanar mis heridas, en ecuanimizar todo lo que me sucede. Siempre he atraído personas con temas complejos, a quienes les abrí las puertas de mis oídos, y me atreví a compartirles mis palabras de ecuanimidad y resiliencia, de atención a la realidad presente. Siempre he atraído amores rotos, amores que sanar, a quienes rechace por la misma razón. Todas las señales estaban allí tan claras, pero yo siempre quise sanar sola, aislarme, no compartir. Razones habían muchas, pero la principal era no ser comprendida, y en ese miedo me perdí saber si realmente lo seria o no. Comprender el proceso del cáncer en mi cuerpo me hizo ver el proceso emocional con el que siempre he luchado. Ya es momento de profundizar, es momento de sanar de verdad. Y en esta etapa de mi vida, no voy a hacerlo sola. Mi propósito es sanarme sanándote. Deseo que mis heridas puedan iluminar tus caminos de sanación. Deseo sanar para afuera, porque sanar para dentro, para mí misma ha sido muy solitario, desgastante y me ha enfermado.
La sanación es para valientes. Y aquí voy yo, iniciando este camino con mucho miedo, pero a la vez con mucha valentía, porque sanar es un camino de dos vías.